- "No vengas a rezar a mi escuela y no iré a pensar a tu iglesia."
- "Estoy en contra de la religión porque nos enseña a estar satisfechos con no entender el mundo".

lunes, 14 de enero de 2013

Otra razón de peso para no tirar piedras a los antidisturbios

Es un hecho que los antidisturbios en España aporrean en la cabeza, disparan pelotas de goma y botes de humo, directamente e ilegalmente cerca, y apalean ocho a uno a porrazos y patadas a manifestantes pacíficos desarmados. Esto no depende ciertamente de que reciban pedradas o no. Pero sí hay otro factor a tener en consideración: la batalla de la opinión pública, de la propaganda, de la desinformación, de los medios de comunicación. Sólo a veces el Consejero de Interior (el jefe político autonómico de antidisturbios y policía) tiene la cara dura de decir públicamente ante cámaras y micros de las teles que "la carga policial fue necesaria porque los manifestantes desobedecieron las órdenes reiteradas de disolverse, ocupaban ilegalmente el espacio público, no tenían el permiso obligatorio para manifestarse o no lo comunicaron formalmente, o ejercieron resistencia pasiva". Normalmente el Consejero (a veces Ministro) tiene la cara dura de decir que "la carga policial fue necesaria porque los manifestantes atacaron a la policía con armas arrojadizas y otras, de forma bien organizada y premeditada, estilo guerrilla". Los manifestantes que reciben las habituales brechas en la cabeza a porrazos son automáticamente convertidos en "violentos".
El punto es que esta calumnia es mucho más creíble si consigue apoyarse en alguna foto, en algún vídeo, que refleje algún acto de violencia, alguna pedrada, o algún palo. Aún si es extremadamente minoritario, y desproporcionado para justificar un brutal ataque contra cientos de manifestantes inocentes. Ya sabemos que a veces los protagonistas de esos vídeos son policías infiltrados (hace poco, en septiembre, en Rodea El Congreso, todos pudimos ver en la tele cómo se delataba uno de estos policías infiltrados, encapuchado y enmochilado, caracterizado de manifestante "radical", cuando fue agredido por sus compañeros antidisturbios, y pedía que dejaran de pegarle gritando "¡Soy compañero, soy compañero!, además de cierta pantomima protagonizada por un grupo de encapuchados, mitad con banderas negras lisas, mitad con banderas rojas lisas, mezclados, fingiendo tratar de agredir con las banderas a los antidisturbios, lo que marcó el inicio de las cargas, muy oportunamente. Cualquiera que remotamente se acerque o conozca esos ambientes de manifestantes y banderas rojas y negras se dará cuenta viendo el vídeo de que es una increíble puesta en escena, esta sí organizada (no bien) y premeditada. Así que no atacar a los antidisturbios no nos asegura que no harán un vídeo con manifestantes atacando antidisturbios. Pero bueno, en cuanto a lo que está en nuestra mano, es decir en cuanto a atacarles nosotros de verdad o no. ¿Conviene?
Recuerdo que Hítler para invadir Polonia se tomó la molestia de simular una serie de incidentes fronterizos, según los cuales polacos atacaron alemanes en Alemania. No recuerdo bien si utilizó presos polacos forzados, o algo parecido. Se tomó la molestia de hacer una puesta en escena para su propaganda para su pueblo y para los pueblos y gobiernos extranjeros. Ahora siguen haciéndolo. Ya es habitual que llamen violento y terrorista sin serlo a cualquier disidente ideológico, que les critique, que haga propaganda contra ellos. ¿Conviene convertir esa calumnia en parte de verdad? ¿Sólo para ganar unas magulladuras en unos peones recubiertos de protecciones? ¿Con piedras contra pistolas (las de fuego letal no suelen usarlas pero las tienen, y las llevan a mano)?

No hay comentarios:

Publicar un comentario